LA CARRETA



Cuenta los aldeanos  que hace muchos años del antiguo Mochumi. Recorría las calles del poblado una fantasmal carreta que amparaba en la oscuridad de la media noche, era el terror de cual habitante que escuchaba su crujiente paso.
La carreta era grande de pesados palos, que lo hacía sonar terroríficamente, incluso sus ruedas, eran jaladas por hombres en vez toros, lo que jalaban la carreta eran los espíritus de aquellas personas que habían cometido violación, como pago de su pecado eran condenados a ser mortificados arrastrando un enorme y pesada Carreta. Cuando la carreta  la carreta pasaba. Era fijo que alguien de pueblo está en pecada e iba ser llevado, tal es así que al paso de ella. El carretero gritaba el nombre del individuo elegido.
Este al amanecer se hallaba en su cama durmiendo eternamente. Si la presencia de la carreta castigaba el incesto, los pobladores de la actualidad como Roberto piensa que la carreta va volver a parecer en estos días limpiando el pueblo de esta abominable carga.

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